El grupo Stellantis, uno de los mayores grupos de automoción, podría retomar los motores diésel con tecnología híbrida, pese a su plan de electrificación para 2030. Cristina Pérez Odriozola en autobild.es.
Stellantis, el conglomerado automovilístico que agrupa marcas como Peugeot, Citroën, DS, Fiat, Opel y Alfa Romeo, podría estar replanteando su estrategia respecto a los motores diésel. En un contexto donde su imagen ha sido afectada por problemas en los motores PureTech y los depósitos AdBlue de algunos de sus modelos, la compañía parece estar buscando una vía para recuperar su prestigio.
En esta línea, la combinación de tecnología híbrida con motores diésel podría convertirse en una de sus próximas apuestas, tal y como ha recogido en informaciones publicadas el medio alemán Auto Motor und Sport.
Aunque Stellantis había mantenido una estrategia enfocada en la electrificación con el objetivo de comercializar exclusivamente coches eléctricos a partir de 2030, hemos obtenido nueva información que indicaría que el grupo estaría explorando la posibilidad de desarrollar motores diésel Euro 7, integrados con tecnología híbrida.
Así lo ha sugerido Jean-Philippe Imparato, jefe europeo de la empresa, quien habría dejado entrever que la gama de productos podría expandirse nuevamente para incluir motorizaciones diésel modernizadas.
Las marcas de Stellantis ante los motores diésel
La planta de Stellantis en Trémery (Francia), donde se producen los motores HDi de 2,0 y 1,5 litros, parece jugar un papel clave en esta posible renovación tecnológica. A pesar de que la intención original del grupo bajo la dirección de Carlos Tavares era cesar la producción de estos motores, todo apunta a que Stellantis podría mantener el motor diésel HDi de 2,0 litros.
Esta opción se considera adecuada para modelos de gamas medias y superiores. Asimismo, en la actualidad, la oferta diésel dentro de Stellantis se ha reducido significativamente, con Opel eliminándolos por completo de su gama y Peugeot y Citroën limitándolos a unos pocos modelos, como el 308 y el C5 Aircross, respectivamente.
Fiat, por su parte, mantiene el motor Multijet en el Tipo, aunque restringido a ciertos mercados. La incorporación de la hibridación a estos motores podría colocar a Stellantis en el reducido grupo de fabricantes que siguen apostando por esta tecnología, entre los que se encuentran Audi, BMW y Mercedes.
Un punto a su favor es su reciente anuncio sobre la construcción de una tercera planta de producción de transmisiones eDCT (doble embrague electrificado) en Termoli, Italia. Estas cajas de cambio ya se emplean en los híbridos de gasolina del grupo, pero podrían adaptarse sin inconvenientes para su uso con motorizaciones diésel.
El Gobierno quiere establecer un impuesto al diésel
Hace apenas dos días hablamos sobre el impuesto que quiere imponer el Gobierno de España al diésel. En este caso, tal y como ha informado Sara Aagesen, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Así, la ministra ha declarado que es necesaria “una fiscalidad adecuada” para “la parte fósil”.
Esta iniciativa tiene como objetivo principal aumentar la recaudación para facilitar la transición ecológica. Asimismo, se busca eliminar la ventaja fiscal del diésel debido a su mayor contribución a la contaminación, especialmente en áreas urbanas. La finalidad es equiparar la presión fiscal entre la gasolina y el gasóleo mediante un incremento del impuesto a los hidrocarburos.
De acuerdo con el boletín de julio de 2024 de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), el IVA aplicado a ambos combustibles es prácticamente el mismo. Sin embargo, la diferencia se encuentra en el Impuesto sobre Hidrocarburos, donde la carga tributaria sobre la gasolina es mayor que la del diésel.
Actualmente, por cada litro de gasolina se pagan aproximadamente 0,47 euros en este impuesto, mientras que en el caso del diésel, la cifra es de unos 0,38 euros. En total, la diferencia impositiva entre ambos combustibles ronda los 9 céntimos por litro.