Con la preocupación avivada en torno a los incendios de coches eléctricos, que pueden suponer un gran riesgo de salud pública general, algunas nuevas actuaciones ya trabajan en minimizar estos posibles graves problemas. Jordi Moral en autopista.es.
No creemos que haga falta recordar la reciente tragedia ocurrida en un garaje de Alcorcón, en la Comunidad de Madrid, donde el incendio de un coche terminó tristemente con dos bomberos fallecidos, para poner de nuevo de actualidad la preocupación que existe en torno al riesgo de incendio de baterías y vehículos eléctricos. La polémica lleva años alimentada por cientos de escenas vistas en Internet y redes sociales, con explosiones ocurridas tras golpes de coches o en momentos puntuales de cargas muy difíciles de sofocar y realmente impactantes.
El peligro de incendio de los vehículos eléctricos
Ante esta realidad, son muchos los estudios que tratan de poner luz al problema. ¿Es real? La respuesta podría ser sí… y no. Porque según recientes informes elaborados por prestigiosos centros como la NHTSA americana (la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras de Estados Unidos) o el Centro de Investigación de Incendios de Vehículos Eléctricos en Suecia, los vehículos de combustión diésel o gasolina tienen hasta un riesgo real diez veces superior de arder que los eléctricos, aunque es verdad que, una vez que en esto último sucede, extinguirlos es muy complicado y pueden llegar a resultar mucho más peligrosos.
Teniendo así en cuenta que, según la Agencia Internacional de Energía (AIE), solo el número de coches eléctricos en las carreteras de todo el mundo alcanzarán los 140 millones en 2030, en menos ya de 5 años, se exigen nuevas soluciones y estrategias para tratar de minimizar esto problema. Y, todos, desde fabricantes a proveedores y administraciones ya han decidido trabajar en la búsqueda de las soluciones más efectivas.
Evidentemente, la solución nunca debería ser cortar por lo sano, como ya sucede en algunos aparcamientos públicos subterráneos que, tal y como te hemos venido estos días contando, abogan por prohibir la entrada a vehículos eléctricos. No. Y tampoco esta debería llegar mediante otro tipo de prohibiciones, como son ya las existentes en los transportes públicos donde se restringe hoy los accesos de por ejemplo patinetes eléctricos por riesgo a que sus baterías exploten a bordo, algo que ha ocurrido ya en no pocas veces.
Soluciones de blindaje tricapa y de desconexión automática para las baterías de coches
Ahora bien, ¿y qué sucede en los coches eléctricos? Pues, en este sentido, las últimas innovaciones se están anunciando ya desde fabricantes y proveedores que aseguran contar ahora con la tecnología suficiente para permitir reducir notablemente el riesgo de incendio de baterías.
Desde el gran grupo chino Chery, por ejemplo, ya se confirma el trabajo en nuevas baterías con una plataforma denominada Multienergía T1X, muy versátil y más sólida, capaz de incluir nuevas soluciones de blindaje tricapa para evitar colisiones, incendios e infiltraciones de agua y polvo, así como un innovador sistema de gestión Defender que permite desconectar automáticamente la batería en caso de impacto, garantizando una respuesta más rápida y segura.
CATL desarrolla nuevas baterías de iones de sodio, menos reactivas
Un paso más allá todavía asegura haber dado hoy el fabricante líder mundial de baterías, el chino CATL, creando una nueva celda denominada Naxtra, ya lista para su comercialización y que incluye una nueva tecnología de iones de sodio, en lugar de usar el litio. Probada incluso en condiciones de carga extremas, incluyendo climas muy fríos con temperaturas de hasta -40 grados centígrados, esta nueva batería asegura reducir muchísimo el riesgo de incendio. ¿Cómo?
Según CATL, estas baterías, que además son más rentables al tener el sodio un menor precio que el litio, incluyen una mayor seguridad y estabilidad al ser este material menos reactivo, reduciendo claramente el riesgo de incendio. Sin duda, un nuevo camino que seguramente se seguirá transitando en los próximos meses para poner fin a un problema que está generando mucha confusión y temor en torno a la nueva movilidad urbana eléctrica.